jueves, 31 de enero de 2013

CARACTERÍSTICAS DE ONICOFOROS

Los onicóforos constituyen un filo de animales invertebrados terrestres de aspecto aterciopelado, similares a orugas cuya existencia está registrada desde el Cámbrico. Están estrechamente emparentados con los artrópodos pero sus numerosos pares de apéndices, los lobópodos, no son realmente articulados. Se conocen unas 165 especies.
Los onicóforos miden entre 1,5 y 15 cm, aunque algunos llegan a los 25 cm. El cuerpo es alargado, vermiforme, cilíndrico y aparece dotado de entre 14 y 43 pares de apéndices locomotores llamados lobópodos. Éstos no pueden calificarse como patas, sino que son mamelones sin articulación alguna que se adelantan por turno, siguiendo ondas. Cada uno termina en dos pequeñas uñas, que es a lo que alude el nombre del grupo. La arquitectura corporal deriva de una forma segmentada, como los artrópodos, pero se ha perdido en el curso de la evolución. No existe una segmentación externa visible, pero sí pequeñas arrugas transversales.
La cabeza, que no aparece bien diferenciada del tronco, porta tres pares de apéndices. En primer lugar un par de antenas, en posición más anterior que superior, gruesas y a veces muy largas; detrás de cada una de ellas hay un pequeño ojo simple, dotado de un cristalino esférico. El segundo par de apéndices son las papilas orales, retráctiles, situadas por debajo de las antenas y apuntando hacia adelante; son de función sensorial y además escupen un líquido pegajoso que emplean en la captura de sus presas. El tercer par de apéndices son las mandíbulas, que se encuentran dentro de la cavidad bucal, escondidas detrás de gruesos labios. Como en los artrópodos, y a diferencia de lo que ocurre envertebrados la dinámica de la boca es lateral.
La cutícula de los onicóforos es muy delgada (apenas 1 µm de espesor) y flexible en todas sus partes, sin que exista, como en los artrópodos, distinción entre áreas engrosadas (escleritos) y áreas de articulación. Además no basta para impermeabilizar la superficie corporal. Esta circunstancia condiciona la ecología y a la mecánica corporal de estos animales. El organismo de los onicóforos no es capaz de una buena regulación fisiológica del equilibrio hídrico, de manera que, como tantos otros filos de origen acuático, restringen su existencia a ambientes muy húmedos. Además son de hábito nocturno, saliendo sólo en las horas en las que baja la temperatura y hay menos peligro de desecación. Para respirar los onicóforos han desarrollado un sistema traqueal que se abre al exterior por espiráculos distribuidos a lo largo del cuerpo; pero a diferencia de lo que ocurre en insectos, los espiráculos no se cierran nunca, careciendo del mecanismo para su control. Su estructura indica que este sistema traqueal no es homólogo del de los arácnidos e insectos[cita requerida].

La locomoción y el sostén corporal se basan en un esqueleto hidrostático, como ocurre en los anélidos, no en un exoesqueleto de piezas articuladas. A diferencia de los artrópodos, los onicóforos tienen un celoma muy desarrollado, que ocupa buena parte del volumen corporal. Músculos y válvulas trabajan trasladando y comprimiendo el líquido intersticial a través de los compartimentos del hemocele, incluidos los lobópodos, y es así como se mueven los órganos, se deforma el cuerpo y se hace posible la locomoción.
Los onicóforos están cubiertos en todas su superficie de pequeños apéndices y setas (pelos) sensibles, así como de finas estrías transversales, lo que contribuye a darles un aspecto de terciopelo que justifica el nombre con que se les cita en los textos en inglés, velvet worms, es decir, gusanos aterciopelados. Son muy variados en cuanto a color; siendo lo más común un gris o pardo muy oscuros, pero también los hay de colores vivos, amarillos, más o menos anaranjados, rojos o incluso azules. Se conoce al menos una especie blanca, habitante de cuevas, y los individuos recién nacidos pueden ser blanquecinos antes de adquirir los colores adultos.

BIBLIOGRAFIA

http://es.wikipedia.org/wiki/Onychophora


CARACTERÍSTICAS DE LOS TARDIGRADOS




Los tardígrados poseen una anatomía muy interesante. Su longitud corporal es frecuentemente de menos de un milímetro y se encuentran divididos en cinco segmentos con cuatro pares de patas, cada una de las cuales termina usualmente en garras, discos de succión o en ambas formas Su cuerpo presenta simetría bilateral. Tienen un sistema digestivo completo y la cavidad corporal está llena de un fluido tipo hemocele que cumple funciones en la circulación y la respiración. El sistema nervioso consiste en un cerebro dorsal lobulado y un cordón nervioso ventral La mayoría son transparentes; sin embargo, se han observado algunos rojos, otros café, amarillos, blancos, verdes o naranja, color producto de los elementos de su dieta.
Uno de los aspectos más llamativos de los tardígrados es que comparten varias características morfológicas con tres grupos filogenéticos diferentes conocidos como artrópodos, nematodos y Onichophorans.

Esto ha dificultado en gran medida la clasificación filogenética de los tardígrados pero, a su vez, los ha hecho más importantes en cuanto a los estudios evolutivos.

Por otro lado, aunque los tardígrados son organismos multicelulares, poseen un limitado número de células, el cual es casi constante en cada especie, aun si la mitosis ocurre en los tejidos somáticos del adulto. Es decir, durante su crecimiento somático mantienen el número de células en la mayoría de los tejidos. Los tardígrados consumen energía incrementando el tamaño de su cuerpo, principalmente con el incremento del tamaño de las células (no del número) y produciendo nuevas estructuras cuticulares (cutícula, garras, tubo bucal y placoides) durante cada muda. Se considera que el número de células se encuentra alrededor de 40.000.





RELACIONES FILOGENETICAS CON LOS ARTRÓPODOS



El filo de los tardígrados se compone de tres clases:
 Heterotardígrados, Eutardígrados y Mesotardígrados, aunque este último taxón se basa en una sola descripción de Thermozodium esakii(Rahn, 1937) de un manantial japonés de agua caliente cerca de Nagasaki. Los especímenes y el manantial fueron destruidos por un terremoto de modo que la clase y la especie es dudosa (nomen dubium).
Las relaciones filogenéticas de los tardígrados no están claras. Considerados a veces un filo pseudocelomado, o miembros de un grupo denominado Pararthropoda (grupo en el que también se incluían los onicóforos y que se ha demostrado parafilético), la tendencia actual es la de situarlos junto a onicóforos y artrópodos en un clado denominado Panarthropoda dentro de Ecdysozoa, aunque algunas filogenias recientes los consideran más próximos a los nematodos que a onicóforos y artrópodos.


BIBLIOGRAFIA

http://med.javeriana.edu.co/publi/vniversitas/serial/v50n3/10-ACERCAMIENTO.pdf












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